Las instituciones deberían condenar el tipo de publicidad que hacen Burger King y las empresas de comida rápida en general, ya que "tientan al individuo a suicidarse" con los alimentos que ofrecen, declaró Martín a Servimedia.

En su opinión, este tipo de alimentos "no se debería promocionar", pues el consumo generalizado que hoy día se hace de ellos constituye "un proceso de suicidio colectivo".

Para acabar con ese "proceso de suicidio colectivo" que para los vegetarianos supone la ingesta de hamburguesas y de una alimentación repleta de grasas animales en general, esta asociación pide a las instituciones públicas que den mensajes claros sobre los peligros que conlleva una dieta de este tipo para la salud.

En este sentido, instan a las administraciones a que informen de que los productos que contienen grasas animales "no son los más aptos para el consumo humano" y a que promocionen una alimentación basada en la ingesta de frutas y verduras.

"Si dejamos de ingerir este tipo de alimentos", aseguró el representante de esta asociación de vegetarianos, "el problema de la obesidad se limaría en gran medida", porque está provocado, sobre todo, por la mala alimentación de hoy en día.

En opinión de Martín, fundador de la Asociación Vegana Española, que las administraciones estudien la posibilidad de aplicar deducciones fiscales a alimentos e iniciativas que traten de frenar la obesidad, como propuso ayer el presidente de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria, Félix Lobo, es algo "muy positivo".

Sin embargo, este vegetariano indicó que, de llevarse a la práctica, sería una medida insuficiente, ya que no llega a la raíz del problema, que es la correcta alimentación.

"Hay una falta de interés público para reconocer que la obesidad tiene unas causas muy concretas (la incorrecta alimentación) y que la forma de evitarla es promocionando los alimentos adecuados", insistió.

Por último, el representante de estos vegetarianos pidió al Gobierno más apoyo para la cultura vegetariana, que proporciona una buena calidad de vida y que en España practican entre dos y cuatro millones de ciudadanos, afirmó.