Fernández de la Vega se entrevistó ayer en La Paz con el presidente de Bolivia, Evo Morales, en un encuentro cuyos resultados han llenado de satisfacción a la delegación española, convencida de que ha sido un fuerte impulso a las negociaciones en marcha y al conjunto de las relaciones bilaterales.

En ese encuentro quedó claro que las empresas españolas quieren permanecer en Bolivia y para ello necesitan una seguridad jurídica que Morales está dispuesto a garantizar siempre que las inversiones contribuyan al desarrollo del país.

Hoy, en la localidad de Santa Cruz de la Sierra, la vicepresidenta visitó varios proyectos de desarrollo financiados por la cooperación española, y respondió en una rueda de prensa a una pregunta de periodistas bolivianos sobre la marcha de las negociaciones con Repsol.

La vicepresidenta recordó que durante su entrevista en Viena el pasado mes de mayo, justo después del decreto de nacionalización de hidrocarburos, el presidente español y el boliviano "acordaron solventar los problemas", y desde entonces ese ha sido el sentido del trabajo de ambos.

Tras su entrevista con Morales, la vicepresidenta se mostró convencida de que las empresas españolas "van a permanecer en Bolivia" porque ese es el interés de ambas partes, "Los desencuentros que ha habido están en el camino del acuerdo", añadió.

COOPERACIÓN EN SANTA CRUZ

Desde La Paz, la vicepresidenta se trasladó a primera hora de la mañana, mediodía en España, a la localidad de Santa Cruz de la Sierra, para visitar el Barrio "Plan 3.000", que recibe su nombre del número de familias que fueron trasladadas desde el centro de la localidad tras perder sus casas por el desbordamiento del río Piraí, en 1983.

En la actualidad, este barrio alberga a unas 200.000 personas, en su mayoría desplazados desde el interior del país. Es una de las zonas más pobres del departamento, y a ello se une la falta de alcantarillado, agua potable, titulación de terrenos y la inseguridad ciudadana.

En este Plan, España ha invertido más de ocho millones de dólares procedentes, principalmente, de la Generalitat de Cataluña, Castilla y León, Castilla-La Mancha, AECI, ayuntamientos y cajas de ahorro.

En el teatro de la Ciudad de la Alegría, dentro de este barrio, la vicepresidenta impuso la Medalla al Mérito en el Trabajo en su categoría de oro a Monseñor Nicolás Castellanos.

Castellanos fue durante 13 años obispo de Palencia y lo dejó todo para ser misionero en esta localidad, donde preside la fundación "Hombres Nuevos". En 1998 fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, y la vicepresidenta pudo comprobar sobre el terreno su labor.

La Fundación que preside ha edificado 35 escuelas y tres universidades, de Informática, Turismo y Teatro, además de bibliotecas, centros de atención sanitaria, de ocio, y también la creación de un equipo de gimnasia rítmica y una orquesta sinfónica que tocó en honor de la vicepresidenta.

Castellanos aprovechó la visita de Fernández de la Vega para anunciarle que solicitará a la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) financiación para dos proyectos más, una nueva Ciudad de la Alegría en El Alto, en La Paz, y uno de atención a diez comunidades indígenas azotadas por la malaria y por la falta total de educación para los jóvenes.

Fernández de la Vega aseguró que frente a la injusticia "no cabe la pasividad, no se puede mirar hacia otro lado", y que la lucha contra la pobreza es una obligación para quienes no la padecen.

En Santa Cruz, Fernández de la Vega visitó asimismo el proyecto "Desarrollo Comunitario de la Ciudadela Andrés Ibáñez", financiado también por la AECI y el Gobierno de Navarra, y gestionado por Cruz Roja Española.

Forma parte del "Plan 3000" y unas 63.000 personas se benefician del centro de capacitación, en el que se imparten servicios de formación ocupacional y laboral para facilitar la inserción laboral de la población.