El presidente de la comunidad de propietarios, Martín Blázquez, aseguró que el restaurante, enclavado en la urbanización, produce una cantidad importante de humos y olores.

Además, la falta de instalaciones adecuadas para la extracción de los humos hace que la grasa se extienda por todo el edificio donde está situado el local, ensuciando la ropa tendida, el césped de los alrededores deportivos, las fachadas e inclso el suelo, transformado en pista de patinaje debido a la acumulación de aceites.

"Hemos tenido que tapar los enchufes de la luz porque se han convertido en conductores de olores procedentes de las cocinas del restaurante", señaló un vecino. Asimismo, denuncian la presencia diaria de basuras, aguas estancadas y otros residuos en los alrededores del local, que a veces se amontonan durante varios días.

Otras quejas se refieren a la instalación ilegal de tejadillos en la fachada del edificio, sin prmiso de la comunidad de propietarios, así como la falta de altura de las chimeneas, que no sobrepasan las terrazas de los últimos pisos.

A pesar de las numerosas quejas presentadas en el Ayuntamiento, los propietarios aseguraron que los responsables municipales no han realizado visitas de inspección sanitaria ni han obligado a los titulares del restaurante a tomar medidas correctoras para poner fin a esta situación.

Ante la pasividad del Ayuntamiento, los vecinos enviaron una carta al Defensor dl Pueblo, Alvaro Gil-Robles, en la que solicitan su intervención frente a los abusos de la Administración local. Para los propietarios de las viviendas, "la actividad ejercida por el restaurante perturba gravemente el desarrollo normal de la vida de los vecinos".