La afectadas hicieron estas declaraciones antes de que comparecieran en la segunda jornada del juicio que se sigue contra Angel de la Cal, acusado de un presunto delito de abuso sexual contra 25 mujeres que acudían regularmente a su consulta y a quienes, supuestamente, obligaba a desnudarse para después, y en al menos dos casos, fotografiar.

Las víctimas manifestaron que no sólo se veían intimidadas por el doctor, sino también, en numerosas ocasiones, humilladas por la actitud del facultativo, que llegaa a mostrarse "excitado y hasta desbordado" en el transcurso de las peculiares exploraciones a las que las sometía.

Una vez vencido el inicial pudor suscitado por el caso, las presuntas víctimas decidieron hoy, en su mayoría, efectuar sus declaraciones en el juicio a puerta abierta y exponer ante los medios de comunicación que se habían dado cita en la Audiencia algunas de sus experiencias.

Según explicaron, el doctor De la Cal encontraba fáciles excusas para exigir el desnudo de sus pacientes, sempre que fuesen mujeres, pues, según aseguró el marido de uno de las víctimas, "a los hombres no nos hacía quitarnos nada. Si estábamos acatarrados nos recetaba unas pastillas".

Asimismo, las afectadas afirmaron que la necesidad de unas simples recetas era utilizada por el procesado para hacerles despojarse de toda ropa y someterlas a diversos tocamientos.

"A mí", dijo una de estas mujeres, "me hizo desnudar, porque mi hija tiene una alergia y yo un problema de riñón, como necesitaba unas receta, me tuve que quitar la ropa y me tocó todo. Además, me dijo que, si no acudía también mi hija a la consulta no me daría las recetas".

Ni tan siquiera la presencia de los maridos de las pacientes hizo, según uno de ellos, que el doctor contuviese sus impulsos. "Como era la tercera vez que a mi mujer le ocurría lo mismo", explicó Guillermo Esteban, "la acompañé a la consulta y le dije a mi mujer: a ver si, delante de mí, se atreve este señor a bajarte el sujetador y por supuesto que se atrevió".

E primer testigo en declarar hoy en el juicio fue el presidente del Colegio de Médicos de Zaragoza, Javier Valero, quien manifestó que la asociación colegial no tuvo conocimiento de lo sucedido hasta que en abril de 1994 la revista "Interviú" publicó los desnudos de dos de las pacientes del procesado.

En posteriores sesiones, prestarán declaración diferentes peritos, que habrán de dictaminar acerca de la conducta del acusado, que se enfrenta a una petición fiscal de cinco años de prisión, así como a dierentes penas, que oscilan entre los cinco y los once años de reclusión, solicitadas por las siete acusaciones particulares personadas en la causa.

Angel de la Cal fue inhabilitado cautelarmente de todas sus funciones por la Diputación General de Aragón en febrero de 1994, la misma decisión que, en abril del mismo año, decidió tomar el Colegio de Médicos de Zaragoza.