Según un comunicado de la Consejería de Sanidad, los objetivos de este programa son, principalmente, ofrecer apoyo psicológico a los padres durante el periodo de hospitalización del hijo, proporcionar una atención adaptada a las necesidades de cada niño y colaborar con el resto de profesionales que le atienden.

Los padres de los niños prematuros, que precisan un ingreso de más de 10 días, con patologías establecidas o con riesgo social, viven un momento especialmente traumático al tener que afrontar las complicaciones que pueden aparecer y la reestructuración familiar que suele necesitarse para atender las necesidades del recién nacido.

Estas nuevas circunstancias generan una crisis inicial caracterizada por la desorientación y la conmoción, dividida en etapas de adaptación en las que pueden ir apareciendo sentimientos de culpa, rechazo o depresión.

En estas circunstancias, el apoyo psicológico a la familia es fundamental para conseguir el suficiente equilibrio emocional que favorezca el establecimiento de un vínculo de calidad con el bebé.

El cumplimiento de este servicio corresponde al psicólogo, que, a través de metodología específica, facilitará la relación entre la familia, el recién nacido y los profesionales, proporcionará información adecuada y personalizada, y ofrecerá a los padres la oportunidad de hablar de sus sentimientos, dudas y temores acerca del problema de sus hijos.