Mientras los demás países europeos comenzaron a tomar medidas en 1996, continuó Pozuelo, el Ejecutivo de Aznar se limitó a decir que en España todo iba muy bien y a criticar las deciiones comunitarias.

La dirigente socialista aseguró que la situación que se está viviendo en la mina de Mesía (A Coruña) "es una clara muestra de que las tibias medidas con las que el Gobierno quiere despachar su responsabilidad ante la enfermedad de las vacas locas no sirven para controlar la situación".

Por ello, pidió al Ejecutivo que actúe con urgencia "ante el enterramiento masivo de reses en Galicia, en un lugar y una forma que contravienen toda la normativa europea y que constituye un rieso para la población de la zona, cuyas enérgicas protestas están plenamente justificadas".

"Hacen falta infraestructuras para eliminar los residuos de riesgo, incineraciones para destruir las reses muertas, mecanismos para trasladar estas reses, veterinarios suficientes para detectar el problema en las distintas explotaciones, mataderos y laboratorios donde pueda realizarse el test que detecta la enfermedad", añadió.