Alemania y España se están planteando dejar de sacrificar toda la cabaña de una granja cuando aparece en ella un caso, ya que no es obligatorio legalmente y en el Reino Unido tampoco se hace.

El secretario general de ganadería de la UPA, Román Santalla, manifestó hoy a Servimedia que "a nosotro tampoco nos gusta este modelo de sacrificio masivo; esta es una verdadera burrada, sobre todo cuando el ganadero luego tiene que comprar otros animales y los compra sin ningún tipo de garantía, que pueden salirle automáticamente enfermos".

No obstante, Santalla advirtió de que en ningún caso la ganadería donde se registrara un caso de encefalopatía espongiforme bovina (EEB) debería quedar "cuestionada, vigilada y controlada, sin poder llevar ningún tipo de animal al matadero, a una feria, etcétera". UPA considera que bastaría con que los animales de la explotación afectada por un caso de EEB pasaran el test del prión cuando fueran sacrificados, independientemente de la edad del animal, y se les retiraran los materiales específicos de riesgo (MER).

7.000 CABEZAS

Santalla recordó que, sobre todo en Alemania y Francia, hay explotaciones muy grandes, de hasta 7.000 cabezas. "No deja de ser excesivo que por un animal enfermo o dudoso se proceda al sacrificio masivo de todo el ganado", señaló.

Por otro lado, UPA culpó a la Administración de haber hecho "muy poco, hasta bien entrado el año 2000, en la vigilancia de los piensos".

Ahora los ganaderos están a la espera de que los científicos confirmen si en determinados preparados en polvo y piensos para terneros había proteínas de origen animal, prohibidas desde 1994 para bovinos, que podrían haber transmitido el mal de las "vacas locas".

"En la analítica que nosotros podemos hacer en cualquier laboratorio -a no ser en el de Majadahonda lo máximo que nos daban los análisis es la proteína bruta, almidones, etcétera; pero nunca un análisis nos decía si la proteína era de base animal o base vegetal. Eso fue nuestro gran problema y hoy tenemos dudas porque no ha estado vigilado como tenía que estar en las industrias de piensos", afirmó Santalla.

El responsable de la UPA subrayó que "todavía hoy" los sacos de pienso no especifican en su etiquetado qué clase de proteína contienen, si es de origen animal o vegetal. También destacó lo sorprndente que es que "nadie está hablando" de las multinacionales de piensos, pese a su "gran responsabilidad en esta enfermedad".

"Al principio de los años 90 yo he asistido a algunas charlas de algunas empresas, multinacionales básicamente, promocionando los piensos en base a harinas animales: que daban más leche, que no sé qué. Esa era la realidad", concluyó Santalla.