'VACAS LOCAS'. ORGANIZACIONES ECOLOGISTAS PIDEN UN CAMBIO EN LA PRODUCCION ALIMENTARIA
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Distintas organizaciones ecologistas han solicitado a los responsables de la política agraria en Europa que reconideren el modelo de producción alimentaria incentivado durante las últimas décadas, a raíz de la alarma creada en el continente por el denominado 'mal de las vacas locas'.
Organizaciones como la Coda, Fondo Patrimonio Natural Europeo (FPNE) o Aedenat han denunciado la concentración de la producción ganadera en auténticas 'fábricas' de productos alimentarios (carnes, huevos, leche, etc.), tanto por sus implicaciones sanitarias como por sus negativas repercusiones para el medio ambiente y el mundo rural
Sin embargo, pese a los problemas ligados a este modelo de producción, los ecologistas consideran que las políticas agrarias siguen favoreciendo unos sistemas productivos industriales cada vez más dependientes en energía y piensos compuestos importados, y que requieren la administración de dosis cada vez mayores de antibióticos, hormonas, etc. al ganado.
A juicio de estas organizaciones, aparentemente son los intereses de los grandes 'lobbies' agroalimentarios los que dictan las decisiones polítcas, mientras que la salud del consumidor, el medio ambiente y el futuro de un sector estratégico clave como el agrario quedan relegados a un segundo plano.
Para Aedenat, FPNE y Coda, un buen ejemplo de hacia dónde camina la política alimentaria comunitaria es la reciente aprobación por el Parlamento Europeo del "inaceptable" texto del Consejo sobre Nuevos Alimentos, con sólo 6 enmiendas recogidas de las 55 presentadas por la Comisión de Medio Ambiente, Salud y Consumidores del propio Parlamento.
Estas asociaciones lamentan que a pesar de que recientes informes científicos confirman los problemas de alergias que pueden derivarse de la manipulación de los alimentos mediante la ingeniería genética, la normativa que ahora deberá ratificar el Consejo no exige una comprobación estricta de la inocuidad de los alimentos manipulados para su entrada en los mercados europeos, ni la indicación en la etiqueta de que el producto final contiene ingredientes o aditivos producto de la ingeniería genética.
Segn los conservacionistas, las nuevas variedades y productos desarrollados mediante manipulación genética por la industria agroquímica multinacional (plantas resistentes a herbicidas, hormonas del crecimiento que provocan trastornos en reses...), que pugnan actualmente por invadir el mercado europeo, dista mucho de solucionar los problemas de seguridad y calidad alimentaria, y menos aún los relacionados con el medio ambiente.
Por el contrario, agregan, la utilización de nuevas tecnologías de ingeniería enética en el campo de la agroalimentación supone una mayor industrialización de la producción de alimentos, con graves riesgos para la salud del consumidor y para el equilibrio ecológico.
El caso de las 'vacas locas' debería constituir, según los ecologistas, una seria advertencia y un motivo para reorientar la política agroalimentaria, que promueva una agricultura ecológica y social, productora de alimentos sanos y de bienestar y trabajo en el medio rural, en lugar de favorecer a la agroindustria. La prohibición y control de productos y tecnologías potencialmente peligrosas para la salud y el entorno, la conservación de variedades y razas autóctonas y de los sistemas ganaderos extensivos, la potenciación de los mercados locales y sistemas de etiquetado que garanticen una buena información sobre la calidad y métodos de producción de los alimentos son algunos de los elementos clave para la reconversión de la producción de alimentos.
(SERVIMEDIA)
25 Mar 1996
CAA