En una respuesta escrita a una pregunta formulada por la diputada de IU Presentación Urán, el ministerio insiste en defender la incineración de harinas animales procedentes de animales afectados por la encefalopatía espongiforme bovina y recuerda que esta solución ya ha sido aplicada en varios países.

"Las harinas a incinerar pasan previamente por un proeso térmico que inactiva el germen de la enfermedad", argumenta Medio Ambiente, "y, por lo tanto, desaparece cualquier riesgo de contagio: todas las harinas que van a incineración son residuos no peligrosos asimilables a urbanos y no tienen mayor riesgo que la incineración de las basuras domésticas".

El departamento que dirige Jaume Matas recuerda que esta opción está avalada por el Comité Veterinario de la UE y añade que la comunidad científica está de acuerdo en que el citado tratamiento térmico es uficiente para que estos residuos pierdan el carácter de contagiosos que tienen en el momento de su extracción del cuerpo de los animales.