Sólo Galicia y el País Vasco están analizando en sus laboratorios, según manifestó hoy el subdirector general de Sanidad Veterinaria, Ignacio Sánchez Esteban.

Sánchez Esteban participó hoy en una mesa redonda organizada por la Facultad de Veterinaria de la Universidad omplutense en la que también intervino el director del Laboratorio de Referencia en Encefalopatías Espongiformes de Zaragoza, Juan José Badiola.

La normativa vigente obliga a someter a los tests a todos los animales bovinos mayores de 30 meses que vayan al consumo y, además, España tiene que tomar 5.000 muestras en 2001 de entre los animales muertos en las explotaciones y hacerles el test.

Según Sánchez Esteban, el laboratorio de Algete trabaja "en turno de mañana, tarde y noche" para procesar lo tests, sobre todo para que pueda salir al mercado todo el ganado mayor de 30 meses que quieran los ganaderos.

50 POR CIENTO

En cuanto a los más de 20 laboratorios por habilitar, el representante de Agricultura señaló que todas las comunidades autónomas han firmado el Programa Integral Coordinado, según el cual el ministerio financiará el 50 por ciento de los recursos para procesar los tests.

El subdirector general de Sanidad Veterinaria afirmó que las autoridades españolas "conocemos los errors de los demás", es decir, los problemas que se plantearon en otros países europeos cuando, por ejemplo, intentaron retirar las vísceras peligrosas en los mataderos y fracasaron.

"Creo que el Programa Coordinado de actuación dará una respuesta eficaz y no caeremos en los errores de otros países", señaló Sánchez Esteban.

Por su parte, el profesor Badiola manifestó que la enfermedad "tardará años en desaparecer. Es difícil hacer desaparecer estas enfermedades y sobre todo de las explotaciones. Hay ue ser muy radical".

Indicó que a finales de 2001, después de poner en marcha todas las medidas aprobadas por la UE en noviembre y diciembre de 2000, podremos saber el alcance de la enfermedad en la cabaña española, pero que en cualquier caso está garantizada la seguridad alimentaria con la eliminación de los órganos y tejidos de riesgo y la realización de pruebas priónicas a todos los bóvidos mayores de 30 meses destinados al consumo humano.