"El año 2001 es el que ha registrado más crisis sanitarias y mal llamadas 'crisis alimentarias', porque siempre se han derivado de fallos en el control de nuevos procesos industriales, como ocurrió con los piensos en las 'vacas locas' o el benzopireno en el aceite de orujo", asegura la organzación agraria.

Según la UPA, estas crisis, "a pesar de su origen industrial, tienen una repercusión directísima sobre los sectores productores, como consecuencia del retraimiento del consumo".

Tanto en el caso de la encefalopatía espongiforme bovina como en el del aceite de orujo, la UPA achaca los perjuicios sobre los agricultores y ganaderos a "la negligencia de la Administración; en la crisis de las 'vacas locas', por no atender los requirimientos del Comité Veterinario y la Comisión Europea"

"En la crisis del aceite de orujo", añade, "por la actuación irresponsable de la ministra de Sanidad, que pone en marcha la red de alerta sanitaria sin la existencia de una norma de su competencia sobre las cantidades mínimas de benzopireno en el aceite o en cualquier otro producto alimentario".