Por comunidades autónomas, según explica UPTA, las que tuvieron peores índices de siniestralidad fueron Andalucía, que registró 5.663 accidentes con baja y 16 fallecidos; Cataluña 4.609 y nueve autónomos fallecidos y la Comunidad Valenciana y Madrid, 3.543 y 2.959 accidentes con ocho y tres fallecidos, respectivamente.

“Los datos no dejan lugar a duda, la relajación en materia de prevención está detrás del aumento de los accidentes. Desde UPTA venimos advirtiendo que este es un problema que padecen los autónomos y que aún no ha sido abordado en profundidad por las administraciones territoriales”, avisa la asociación.

A su juicio, son “insuficientes” las actividades que se realizan en materia de prevención y “muy escasos” los recursos invertidos para este cometido. Por ello, defiende que es necesario desarrollar una política preventiva común y que se marquen las directrices desde el Ministerio de Trabajo, y que “el conjunto de los institutos regionales desarrollen acciones coordinadas”.

“Además, advertimos del incremento desmesurado de enfermedades psicosomáticas derivadas de la crisis económica que padecen especialmente los trabajadores por cuenta propia, provocada por la covid-19, y que está dejando un auténtico reguero de afectados”, añade UPTA.

En este punto, tilda estas patologías como “la otra cara de la pandemia, la que nadie quiere ver”, y exige planes específicos para contrarrestar las enfermedades psicosomáticas en materia de salud mental de los autónomos. También asegura que “las mutuas deberían prestar un servicio mucho más especializado”.

“Nadie debe fallecer trabajando. Si podemos evitar una sola muerte o accidente grave, lo haremos. Hay que adoptar medidas eficientes en materia de prevención, todos los esfuerzos son pocos”, asevera el presidente de UPTA, Eduardo Abad.