UNO DE LOS MIEMBROS DE LA EXPEDICION DE LA ONCE AL ACONCAGUA, TRATADO DE PEQUEÑAS CONGELACIONES EN LAS MANOS
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Javier Sainz de Murieta, uno de los tres ciegos que participaron en la expedición al Aconcagua organizada por la ONCE, que logró coronar la cima el pasado mes de enero, está siendo tratado en el Hospital Clínico de Zaragoza de unas pequeñas congelaciones que sufre en las manos.
Aunque se trata de congelaciones leves, la falta de ensibilidad que sufre en sus manos se vuelve más importante en su caso, ya que le imposibilita leer en braille o realizar su trabajo habitual de fisioterapeuta.
La expedición de la ONCE que coronó el Aconcagua -la cima más alta de América- contó con la presencia de tres ciegos: Javier Sainz de Murieta, el cantante Serafín Zubiri y el campeón paralímpico de atletismo Alfonso Fidalgo.
Sainz de Murieta destacó de entre sus recuerdos de la expedición, además de las muchas satisfacciones que le produj, el hecho de que para atarse las botas tenía que quitarse los guantes y los 25 grados bajo cero que se registraban afectaron a sus dedos.
El neurocirujano Ricardo Arregui, experto en este tipo de lesiones en los escaladores, asegura que se trata de "unas congelaciones leves, superficiales, pero que en el caso de Javier están propiciando una incapacidad, ya que no puede utilizar sus dedos para leer o realizar su actividad laboral normal".
Sainz de Murieta tiene 36 años, es profesor de Fisioterapi en la Escuela de la ONCE y ha participado en numerosas competiciones internacionales de judo para ciegos. Esta ha sido su primera experiencia montañera y asegura que se decidió a participar en la expedición por su espíritu de aventura.
(SERVIMEDIA)
12 Feb 1994
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