Aunque informaciones difundidas ayer indicaban que los amotinados habían herido al juez de vigilancia penitenciaria de Aragón durante el motín, fuentes de Instituciones Penitenciarias negaron este extremo.

El funcionario liberado esta mañana sufre un corte en el cuello, cuya importancia se dsconoce por el momento, y está siendo atendido en el centro.

Desde las siete de la pasada tarde, unidades especiales de la Guardia Civil de Zaragoza y Guadalajara fueron tomando posiciones en las inmediaciones del centro penitenciario, a la espera de una posible intervención para liberar a los funcionarios durante esta mañana.

El motín comenzó sobre las tres de la pasada tarde en el módulo 2 de la prisión, cuando el cabecilla de la revuelta, Joaquín Zamoro Durán, un recluso muy peligroso que ya hbía protagonizado otros motines desde que en 1979 ingresó en prisión, amenazó a un funcionario con un pincho y le arrebató las llaves.

Otros cuatro reclusos, también considerados peligrosos, secundaron la acción. Se trata de José Romero González, que cumple 26 años de condena; Juan Manuel González Fernández, condenado a 13 años; Enrique Velasco Alvarez, con una condena de 29 años, y Eduardo Camacho Chacón, con una pena de 33 años.

Según las mismas fuentes, inicialmente los internos tomaron a cuato funcionarios de la prisión como rehenes e iniciaron unas negociaciones en demanda de mejores condiciones de vida en la cárcel o ser trasladados a otros centros.

Posteriormente, el juez de vigilancia Penitenciaria de Aragón, Luis Pérez Román, y el subdirector general de Gestión Penitenciaria, Angel Yuste, acudieron a la prisión para negociar con los reclusos y se ofrecieron a quedarse retenidos por los amotinados si éstos accedían a liberar a dos de los funcionarios, lo que aceptaron.

La cárcel e Daroca fue construida hace unos 10 años y cuenta con una población reclusa de 646 internos, que, excepto los cinco amotinados, permanecía en calma al margen de la revuelta.

El centro es considerado como de máxima seguridad, aunque recientemente un recluso se fugó escondido en un camión con cajas de madera que fabrican los propios presos. En 1990, los internos protagonizaron un motín general durante el que causaron daños en el centro valorados en más de 25 millones de pesetas.

Durante esta mañan no se descarta que se produzca una intervención de las fuerzas de seguridad para liberar a los rehenes y terminar con el motín.