TRÁFICO

LA UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO ALBERGA UN RECINTO ESCULTÓRICO CON LAS CENIZAS DE 200 PERSONAS QUE DONARON SU CUERPO A LA CIENCIA

MADRID
SERVIMEDIA

La Universidad del País Vasco mantiene un recinto escultórico en el que, a modo de panteón, reposan las cenizas de 200 personas que donaron su cuerpo a la Medicina y a la ciencia.

Según informó el último número de la revista "Adiós", el llamado "Bosque de la Vida" consta de veinte "árboles" de acero cortén, cuya disposición se inspiró en unas manos realizadas por Eduardo Chillida en 1985. En el centro del Bosque, se alza un olivo milenario (plantado hace más de 2.000 años por los romanos en Tarragona, y trasladado desde allí).

Esta iniciativa se inició en septiembre de 2003. Según las normas de la universidad para aceptar donantes de cuerpo, fijadas en la escritura de donación, se debe aceptar que, cuando el cuerpo ya no pueda ser utilizado para la docencia, sea incinerado.

Las cenizas se depositan en una urna cuyo destino es diverso. A veces, la familia del donante desea que le sea entregada; en ocasiones, se ha depositado allí donde el donante dejó expresamente dicho, y, por último, hay quienes piden que sea la Universidad la que provea el sitio donde puedan descansar las cenizas. De ahí surgió el proyecto del monumento.

Según el principal impulsor del proyecto, el catedrático de Anatomía Francisco Doñate, "en la actualidad contamos con 2.000 donantes, todos de la comunidad autónoma del País Vasco".

A la entrada al recinto, una placa escrita en euskera, castellano e inglés señala: "Este es un lugar de paz. Aquí reposan las cenizas de aquellas personas que donaron su cuerpo a la Medicina y la ciencia. Ellos hicieron posible que la muerte se recreara ayudando a la vida. Respeten este lugar".

(SERVIMEDIA)
10 Jun 2006
C