Hugo, que ocupó hace cuatro meses una casa abandonada de Pardos, gana algún dinero con las clases de idiomas que imparte a niños de Abanto y de las localidades vecinas de Campillo y Nuévalos. Asimismo, recibe periódicas ayudas de familiares que residen en Estados Unidos.

El supuesto archiduque trabaja en la actualidad en la redacción de un tratado botánico, en el que habla de especies vegetales de la zona en peligro de extinción.

Hugo VonHabsburg, que sigue una estricta dieta vegetariana, se ha ganado el aprecio de los vecinos de Abanto, quienes le trasladan en sus vehículos hasta Calatayud cada vez que necesita hacer alguna compra, ya que no tiene coche propio.

Hugo Von Habsburg asegura que eligió la soledad y el retiro de la pedanía de Prados en su afán por hallar la armonía con el universo y el conocimiento interior que, según afirma, tiene como fin último el equilibrio con el entorno y los demás hombres.