Este llamamiento coincide con el envío de los primeros camiones y aviones cargados con mantas, ropa para los niños, contenedores de agua y lonas de plástico, que se dirigen hacia la localidad de Mansehra, en el norte de Pakistán.

Otros suministros de Unicef están en ruta desde Karachi por tierra y aire, con equipos de purificación de agua, alimentos nutritivos para los niños, jabón, suministros para refugio y botas y jerseys para niños.

Para conocer la extensión del desastre se están desplazando equipos de evaluación por carretera hacia áreas periféricas. Un poco más de la mitad de la población de las áreas afectadas son menores de edad, por lo que de nuevo son los niños y niñas los más vulnerables a esta tragedia.

Una de cada cinco personas en la zona afectada es menor de 5 años y cerca de la mitad son menores de 18. Aproximadamente 250 niñas murieron en sus escuelas en el noroeste de Pakistán y otras 500 más resultaron heridas.