UNA PLAGA DE TERMITAS AMENAZA CON DESTRUIR EL CASCO URBANO DE SANTA CRUZ DE CAMPEZO (ALAVA)

VITORIA
SERVIMEDIA

Al menos 50 de los 400 edificios que integran la localidad alavesa de Santa Cruz de Campezo están afectados por una plaga de termitas que amenaza con dañar todo el casco urbano de la población.

Santa Cruz de Campezo es un municipio de poco más de 900 habitantes enclavado en la montaña alavesa, a 40 kilómetrosde Vitoria, que combina su gran interés histórico con los inconvenientes derivados de ser una zona deprimida.

La proliferación de termitas, que se han estado reproduciendo durante años ante el desconocimiento de los vecinos, fue detectada a finales de 1989. A partir de esa fecha, las instituciones han realizado investigaciones y estudios para evaluar la importancia de la plaga.

Con la excepción de los tratamientos puntuales en los edificios más afectados por la plaga, hasta el momento no se ha pusto en marcha ningún plan integral de desinsectación del casco urbano de Campezo.

Tras la detección de la plaga en 1989, "la Diputación Foral de Alava encargó un primer informe sobre la magnitud y la gravedad real del ataque", explicó el gerente de la sociedad pública de gestión Arabarri, José Luis Azkárate.

Esta sociedad, constituida por la diputación alavesa y los ayuntamientos afectados, está dedicada a la rehabilitación de los cascos históricos de la provincia, la tramitación de ayudas del Goierno vasco y el asesoramiento técnico.

"En estos momentos", explicó Azkárate, "se está ultimando una estrategia de tipo global, donde las medidas no sólo se tomen en casas aisladas, sino que se habla de tratamientos curativos y preventivos a la totalidad de la edificación".

Para mediados de este mes está previsto que se reúna la comisión de seguimiento, con participación del Gobierno vasco, diputación, sociedad Arabarri, Asociación de Agricultura de Montaña, Ayuntamiento de Campezo y una represetación de los afectados.

En esta reunión se expondrá la situación actual de la plaga y se comenzarán a negociar las ayudas de las distintas instituciones a los afectados.

BUEN CALDO DE CULTIVO

Para Azkárate, Campezo es un lugar apropiado para los ataques de termitas: muchos edificios abandonados, un nivel de urbanización bastante deficiente, gran humedad en el subsuelo y casas con escasa o casi nula ventilación. "La suma de circunstancias de este tipo ha propiciado que se desarrollara la plaga" comentó.

Aún no existen métodos para exterminar una invasión de insectos de este tipo y los expertos utilizan en todo momento el término "control". "Hay que realizar una acción bien coordinada y dilatada en el tiempo", afirmó Azkárate. "No sólo debemos tratar las maderas, sino que además hay que realizar importantes obras urbanísticas".

La tareas primordiales a realizar son eliminar las filtraciones de agua, ventilar las estancias y aislar los cimientos de la tierra donde se asientan los nidos d insectos. Este plan estratégico de eliminación de los insectos es pionero en el Estado español y uno de los primeros que se llevan a cabo en Europa.

En opinión de José Luis Azkárate, las protestas que se han escuchado entre los afectados, por la excesiva tardanza en las decisiones de las instituciones, no tienen fundamento.

"A veces se dice que se han dilatado mucho los plazos administrativos, pero sabemos que no es una solución adecuada tratar unos edificios y dejar sin protección otros", explió.

Mientras tanto, la mayor parte de los vecinos de Santa Cruz de Campezo se muestran escépticos ante lo que consideran una injustificable tardanza en las ayudas institucionales y a la hora de acometer los proyectos para la rehabilitación de la localidad.

Sin embargo, el alcalde de Campezo, Joaquín Trespalacios, de Eusko Alkartasuna, parece más animado que sus vecinos cuando asegura que "los pasos se están dando en estos dos últimos meses. El exterminio de la plaga se va a conseguir. Lo que más peocupa son las ayudas a los afectados".

El problema, en su opinión, es que algunos vecinos no acceden a que sus casas sean tratadas. "Hay algunos edificios que están deshabitados y sus dueños pueden pensar que si no hay subvenciones suficientes, para qué invertir", comentó el edil. "Existe gente que piensa que no se está haciendo nada, pero se está haciendo mucho".

Mientras tanto, los técnicos de Arabarri continúan con sus visitas semanales a los edificios de Campezo y mantienen que las casas habtadas no corren peligro inminente de hundimiento.

(SERVIMEDIA)
10 Ene 1992
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