"Hace unos meses llegaron a mi cosulta y aceptamos el caso", explicó Gurrea. "La elección del semen la realizamos los doctores del centro en base a los datos técnicos que poseemos en el banco de esperma".

Ana, de 35 años (que tiene el rol de varón en la pareja), y María, de 30, contactaron con la clínica del doctor Gurrea después de cinco años de relaciones estables.

"Nosotras paseábamos, trabajábamos, nos divertíamos y de pronto observamos a nuestro alrededor a otras parejas con hijos. Empezamos a soñar; pensábamos que era algoirreal, que eran fantasías, pero comenzamos a añorar un hijo", explicó Ana.

COMO UNA PAREJA MAS

"De las fantasías y los sueños pasamos a la discusión y más tarde a la decisión, que fue muy meditada, de acudir a la Clínica Gurrea, donde fuimos tratadas como una pareja más", recalcó María.

El doctor Gurrea explicó que la inseminación se realizó con éxito y rapidez. "En todo momento tuvimos en cuenta las características físicas de Ana, que iba a tener el papel de padre; tanto la talla como el colo de pelo y ojos". agregó. "Nuestro banco de semen está repleto en estos momentos y nos podemos permitir el lujo de elegir el más apropiado".

Las nuevas madres aseguraron que en San Sebastián, donde viven, reciben mucho apoyo de todas las personas y añadieron que Ana, que tiene propiedades inmobiliarias, ya está pensando cómo planificar la herencia para su hijo Jon.

"No extrapolamos nuestra decisión a nadie, pero teníamos la determinación de tener un hijo y valoramos esa decisión; incluso contamoscon la oposición pública, que nos obliga a este anonimato encubierto en nombres de ficción", precisó Ana.

Las madres recalcaron que tenían mucho interés "en tener un hijo y criarlo feliz, amarlo y educarlo, y no creemos que sea peor por no haber sido engendrado en un coito ni por una mujer casada".

En el punto segundo de la disposición adicional de la Ley sobre Técnicas de Reproducción, aprobada el 31 de octubre de 1988, se dice textualmente que "la mujer no estéril podrá recurrir a la inseminacin artificial con semen de donante con gastos a su cargo".

En su punto tercero, recuerda que sólo se le exige que acredite su condición personal, social y sus medios económicos, por lo que, según el ginecólogo José Gurrea, "cualquier mujer puede ampararse en esta ley, independientemente de si está soltera o es virgen".