Según informa la prensa británica, esta nueva normativa, compuesta por 1.300 secciones, incluye las nuevas responsabilidades ineludibles para los directivos de las compañías, como la publicación de las firmas con las que trabajan, información sobre sus proveedores y el impacto que tienen en áreas como el medio ambiente, la sociedad o el trato hacia sus empleados.

El ministro británico de Comercio e Industria, Alistair Darling, dijo que "esta ley ayudará a emplazar a Reino Unido como uno de los mejores lugares del mundo para iniciar y desarrollar un negocio", informa el diario "The Guardian".

Darling insistió en las consecuencias positivas para la inversión extranjera en el país a largo plazo y su intención de colaborar estrechamente con la comunidad empresarial en la aplicación de la nueva normativa.

Según los datos presentados durante el debate, la aplicación de la nueva ley permitirá un ahorro medio de 250 millones de libras (unos 372 millones de euros) al año, incluyendo un incremento de 100 millones de libras (148 millones de euros) para las pequeñas empresas.

Entre los puntos de la ley también debatidos destacan la posibilidad que tienen los accionistas para demandar al director de la compañía si éste no cumple con sus obligaciones, o el control de las actuaciones de los directivos en el trabajo, como, por ejemplo, que no usen un avión de la empresa con otro fin que no sea estrictamente laboral.

Otros aspectos de la ley se centran en la mejora de la comunicación y transmisión de información de los responsables de empresas con sus accionistas.

Las compañías tienen hasta octubre de 2008 para hacer completamente efectivas todas sus obligaciones.