La madre, Dolores Pérez, que vive en Las Palmas, aseguró al periódico "La Provincia" que esta es "una decisión muy dura" que sólo comprenderán "aquellas personas que se hayan visto en una situación como la mía".

"Tener que enfrentarse todos los días a la imagen de un hijo que está condenado a morir y por el que no puedes hacer nada es el trago más amargo que le uede pasar a una madre", asegura.

El niño sufre un tipo de epilepsia cerebral incurable que le ocasionará la muerte, por lo que su madre está dispuesta a que los científicos investiguen, porque a lo mejor así "pueden evitar que otra persona pase por lo que yo estoy viviendo ahora".

Dolores Pérez, que tiene otro niño de 5 años, añade que eso no significa que utilicen a su hijo como un "conejillo de indias", sino simplemente que lo examinen a fondo, y dice que su marido comparte su criterio "por duo que sea".

El pequeño tiene diagnosticado el síndrome de West por varios neurólogos que les han dado nulas esperanzas de vida. Este síndrome comenzó a manifestarse en el niño tras sufrir una meningitis a los doce meses, y degenera poco a poco la salud de Nelson Martín.