Los hechos que han dado lugar a la sentencia se produjeron en una mañana de marzo de 1996, cuando la mujer paseaba por la Plaza de Camachos, en Murcia, y tropezó con un hilo atado a dos árboles, a una altura aproximada de 10 centímetros del suelo, y se golpeó con el mentón contra el suelo.

Como consecuencia de la caída, la mujer, que estaba de baja por invalidez debido a una enfermedad ósea previa a la caída, estuvo incapacitada durante más de dos años, en concreto 804 días.

Las secuelas que arrastra por la caída son cervicalgia, agravamiento de artrosis, cefaleas, mareos, vértigos, sueño superficial y dificultad para masticar alimentos sólidos.

El Ayuntamiento de Murcia alegó que la culpa no era suya, pues los servicios de la vía pública tenían perfectamente cuidada la zona y el citado hilo fue colocado por terceras personas ajenas al consistorio.

Sin embargo, el Supremo entiende que corresponde al ayuntamiento velar por el adecuado estado de conservación de la vía pública "para asegurar la normal deambulación" de los peatones, "sin riesgos imprevisibles y, por tanto, inevitables".

Para el Alto Tribunal, en este caso hubo un "indebido funcionamiento de un servicio municipal, al no vigilar el estado de la vía pública, generando un riesgo que superó los ordinarios estándares de seguridad".

Con estos argumentos, el Supremo confirma la sentencia dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Murcia y desestima los recursos presentados tanto por la víctima, que pedía una mayor indemnización, como por el Ayuntamiento de Murcia, que negaba su responsabildad en los hechos.