Sobre las dos de la madrugada, la Cofradía de Jesús Cautivo -una de las más populares de Málaga, que congregó tras el trono a unos treinta mil penitentes- hacía su desfile por la concurrida Plaza de Uncibay, esquina con Méndez Núñez, cuando un grupo de tres jóvenes fingió una reyerta, haciendo explosionar tres petardos.

Las personas que contemplaban el desfile procesional, así como los penitentes, creyeron escuchar la detonaión de varios disparos, lo que originó carreras, empujones y la desorganización del cortejo procesional.

Los nazarenos, con sus capirotes y cirios, corrieron despavoridos. Las fuerzas de Regulares, que desfilaban tras la imagen de la Virgen de la Trinidad de la Cofradía de "El Cautivo", también deshicieron la formación y, subfusil en mano, huyeron de la zona.

Según la versión oficial de los hechos, la confusión duró alrededor de seis minutos, si bien distintos testigos presenciales aseguran que nzarenos de la cofradía, en su huida del supuesto tiroteo, llegaron a refugiarse en la Catedral, distante más de cuatrocientos metros de la zona.

Un gran contingente policial, tanto de la Policía Local como de la Policía Nacional, tranquilizó a la muchedumbre, sin que pudieran detener a los autores de la gamberrada, que provocó heridas de carácter leve a seis mujeres que seguían en actitud de penitencia a Jesús Cautivo.

De las seis mujeres, sólo una resultó contusionada, mientras que el resto debiron ser atendidas por desvanecimientos y ataques de nervios.

La rumorología y el boca a boca elevó la gamberrada a un tiroteo entre bandas rivales y Policía. No obstante, la concejala de Seguridad del Ayuntamiento de Málaga, Amparo Bilbao, ha desmentido hoy con rotundidad que los agentes sacaran sus armas durante el suceso.

El Ayuntamiento de Málaga ha anunciado que en los desfiles procesionales de esta noche redoblará la vigilancia policial en las calles en las que los gamberros provocaron el cas en el transcurso de una procesión caracterizada por la devoción popular.