Los promotores de la expedición son la doctora Alice Freshi, presidenta de la cooperativa de arqueología Aquarius, con sedes en Milán y Turín, y el historiador y especialista en naufragios Claudio Bonifacio.

Los miembros de esta sociedad italiana han solicitado ayudas a distintos organismos españoles, como el Quinto Centenario y el Gobierno de Canarias, con el objetivo de recaudar los cien millones de pesetas que los organizadores estiman necesarios para desarrollar el proyecto.

Claudio Bonifacio explicó que él ya ha estudiado el hundimiento de al meno treinta galeones, naos y carabelas, e incluso ha delimitado la zona del naufragio, con ayuda de archivos de Sevilla y Cartagena.

Los barcos siniestrados se hundieron entre 1382 y 1790 por distintas causas, como ataques piratas o el mal tiempo. Incluso ha habido naufragios deliberados para cobrar la prima del seguro.

De momento ya han anunciado la posición de uno de los barcos, que se hundió en 1481. Se trata de una carabela utilizada por el conquistador Juan Rejón que transportaba soldados, cabalos y materiales necesarios para continuar con la conquista de Canarias.

El proyecto consta de cinco fases. Los cinco primeros días se realizará un estudio de la zona Este de Gran canaria, donde se acumulan la mayoría de los barcos, para elaborar una red topográfica. Los siguientes quince días se emplearán en interpretar los datos ofrecidos por el sonar, para culminar con la exploración visual por medio de buzos y de vehículos submarinos dirigidos.