Los hechos se remontan al 3 de abril de 1987, cuando los vecinos de Orgiva (Granada) celebraban as fiestas de su patrón, en cuyo honor realizaban la procesión del Santísimo Cristo de la Expiración. La cofrafía del mismo nombre organizaba tanto los actos religiosos como los fuegos artificales que acompañaban la salida de la imagen.

En el curso de la procesión, uno de los cohetes cayó y explotó, debido a que el recipiente en el que se encontraba estaba humedecido por la lluvía caída e impidió que ardiese correctamente. La deflagración provocó la amputación del demandante, hirió a otras personas y ausó daños materiales.

Para el Supremo, el Ayuntamiento de Orgiva es responsable, porque no veló por la seguridad de la vía pública en la que se celebraba la procesión del Santísimo Cristo de la Expiración, máxime cuando se trataban de "unos actos conmemorativos de ámbito reconocidamente local, con masiva afluencia de los vecinos para presenciarlos".

Además, el Supremo recuerda que los fuegos artificiales que acompañaban la salida de la imagen "no se limitaban a cohetes al aire y al compás de la rocesión, sino que consistían en diversos ingenios colocados en la vía pública y conectados unos a otros", por lo que la responsabilidad del Ayuntamiento de Orgiva en la seguridad de la zona era "ineludible".

En cuanto a la Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración, el Alto Tribunal estima que es responsable del accidente, dado que al encargarse de organizar los fuegos artificales, debió informarse de sus riegos, e incluso suspenderlos "por completo, dado el conocido peligro que entraña el humedeimiento de los artefactos producido por la lluvia".

El Supremo se refiere también al cohetero responsable del artefacto que explotó (la cofradía contrató a varios). Para el Alto Tribunal, este técnico en materia pirotécnica era el "primer obligado al advertir el peligro", por lo que le reprocha que no tomase "una mínima diligencia" encaminada a evitar un "suceso previsible" como el aquí relatado.

Por esta razón, el Supremo confirma la sentencia dictada en su día por la Audiencia Provincial de Graada, que condenó al Ayuntamiento de Orgiva, a la Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración y al cohetero a indemnizar al hombre que perdió la pierna por la explosión.

Así, el Ayuntamiento de Orgiva y la Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración deberán indemnizarle con 7.966.630 pesetas y pagarle los gastos derivados de las lesiones sufridas con un máximo de 33.370 pesetas. Por su parte, el cohetero deberá abonarle un total de 409.200 pesetas.