Salud
Una ascensión solidaria al Kilimanjaro permite investigar la “respuesta del organismo de los diabéticos a situaciones extremas"
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Un equipo de sanitarios y tres pacientes diabéticos tipo 1, dependientes de insulina, participaron en la aventura solidaria 'Xperiencia Kilimanjaro', ascendiendo a la montaña más alta de África (5.895 metros). El equipo médico de la Universidad de Granada (URG) tomó muestras sanguíneas periódicas para estudiar la “respuesta del organismo de los diabéticos a situaciones extremas”.
Durante el ascenso, el equipo médico supervisó en todo momento a los pacientes participantes, además de extraer las muestras para estudiar cómo se comportan en altitud los elementos que conforman la sangre, según explicó la URG.
El profesor del Departamento de Histología de la Universidad de Granada Miguel Sola García también formó parte del ascenso, como parte del proyecto denominado ‘El poder del chándal’.
“Las mediciones realizadas pretenden entender el funcionamiento del organismo en situaciones extremas. En el caso concreto de la glucosa, el gasto es diferente según la altitud, por lo tanto, la insulina debe reducirse para no producir hipoglucemias”, explicó el profesor de la UGR.
Por ello, los sanitarios también registraron las glucemias a través de sensores que portaban todos los participantes, diabéticos y no diabéticos. El objetivo es entender cómo un sobreesfuerzo hecho con hipoxia (con falta de oxígeno provocada por la disminución de la presión atmosférica en altitudes elevadas) puede afectar al cuerpo sano y al que sufre patología crónica como la diabetes.
Esta experiencia no sólo ha servido para diabéticos, como aseguró la Universidad de Granada. Entender el cuerpo en situaciones extremas aporta conocimiento y “viene a normalizar que un diabético también puede realizar actividades en condiciones extremas. Sólo hace falta entender el organismo y adaptarnos a sus necesidades”, destacó el profesor Sola.
A lo largo de esta expedición, los sanitarios también atendieron a pacientes en la región de Moshi (Tanzania), donde las personas sufren una falta extrema de recursos. Además, la expedición construyó una incineradora de residuos y donó comida y material a una escuela de la zona.
(SERVIMEDIA)
06 Jul 2022
CAG/gja