Así lo expuso Álvarez en una entrevista con Servimedia en la que valoró positivamente que se haya aprobado un anticipo del 50% de las ayudas para compensar pérdidas de enseres, pues “las ayudas tienen que llegar de inmediato”, pero fue más allá al señalar que vería bien que el Estado se reserve del derecho de sancionar a quienes las perciban sin corresponderle, algo que no se contempla en los decretos aprobados. Aunque comprendió que haya que “protegerse de los timadores”, afirmó que el hecho de que existan “no puede retrasar la llegada de las ayudas”.

Respecto a la cuantía que estos paquetes de medidas -de momento, van dos por 14.373 millones de euros-, el líder de UGT se limitó a comentar que “lo mejor que puede hacer el Gobierno es ir viendo”, según se va necesitando. Relató que, en catástrofes anteriores, los afectados suelen manifestar que los gobernantes “no han cumplido” y consideró que es buen momento para “verificar qué se está haciendo y si se está cumpliendo o no”.

Álvarez expresó su deseo de “que todos fuéramos capaces de ser muy prudentes” a la hora de valorar las medidas y “aparcáramos las simpatías o antipatías” con ministros. Acto seguido, hizo referencia al permiso retribuido no recuperable aprobado para quienes no puedan asistir a su puesto de trabajo a consecuencia de esta catástrofe y comentó que es una medida “absolutamente razonable” y “no se puede decir que es que las empresas de la zona han quedado arruinadas”.

Álvarez hizo así una referencia velada al presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, quien criticó estos permisos y se quejó de que hay empresas que, sin tener su domicilio en Valencia, han “quedado arruinadas”. El líder de UGT puntualizó que esas empresas “no van a pagar” ese permiso.

En cuanto a las responsabilidades políticas por la gestión de la DANA, Álvarez opinó que es un debate que debe estar en la sociedad en estos momentos y si los dirigentes “nos metemos directamente a chapotear”, eso impedirá que “se pueda visualizar al 100% las responsabilidades políticas”. Por ello, instó a “ir dejando que se vaya analizando” y no acudir a las “grandes proclamas” para evitar que sea una “cortina de humo” sobre esas responsabilidades.

También se mostró partidario de alertar a la población para prevenirla en casos de catástrofes, pues si “un 90% de las veces” que se genera esa alarma no sucede nada, “bienvenida sea”, pero “es preferible tomar esas medidas que no esperar”. Además, el cambio climático “está aquí” y “poner a gestionar los servicios de emergencia a los negacionistas del cambio climático es un desastre”.