A la clasificación y estudio de las consecuencias del ruido, se une la iniciativa de creación de unos "mapas de ruido", útiles para detectar los puntos urbanos más conflictivos. Estos elementos constituyen el sustrato de una futura directiva sobre contaminación acústica, según ha afirmado la comisaria de Medio Ambiente, Margot Wallström.

La propuesta espera controlar la contaminación por ruido a nivel tanto local como nacionaly comunitario. Las consecuencias negativas para la salud, que según la comisaria reduce la calidad de vida del 25% de la población de la UE, imponen el desarrollo de políticas activas para que los Estados miembros luchen contra el aumento de los afectados por el ruido.

El elemento central de la directiva son los "mapas de ruido" de ciudades de más de 100.000 habitantes, o núcleos cercanos a grandes carreteras, vías de tren o aeropuertos. La información publicada de estos estudios servirá de base para os planes de acción locales y se incluirá en una base de datos de la Comisión para un futuro diseño de políticas comunitarias.

Para armonizar los resultados, la Comisión ha diseñado dos indicadores comunes de ruido, uno para las molestias producidas durante el día (LDEN, en siglas inglesas) y otro para las horas de sueño (LNIGHT). Aunque la Comisión no impondrá los límites, conforme al Libro Verde para Futuras Políticas sobre Ruido de 1996, espera que los Estados miembros los adopten de forma voluntara.