Esta partida económica se inscribe dentro de la segunda parte del Programa Nacional de Ayudas elaborado por el Comité Star de la UE, que será financiado a través del eoga Garantía, que aportara un 75 por ciento de las ayudas totales en las zonas de Objetivo 1 y un 50 por ciento en las demás. El resto de la financiación correrá a cargo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y las comunidades autónomas.

Las zonas seleccionadas por las administraciones españolas para aplicar estas ayudas son las comprendidas en las áreas de influencia de los parques nacionales, los parques naturales de Cabañeros (Ciudad Real) y Monfragüe (Cáceres), las 40 zonas incluidasen la lista RAMSAR sobre humedales de importancia internacional, los más de 130 espacios naturales considerados de interés internacional por su riqueza ornitológica y algunas áreas sensibles seleccionadas por las comunidades autónomas.

Según los datos de Agricultura, más de 2,8 millones de hectáreas de explotaciones agrarias ubicadas en zonas sensibles y 92.000 agricultores pueden resultar beneficiados.

Entre los agricultores que trabajan en zonas de influencia de parques nacionales se repartirán38.0000 millones de pesetas, 11.000 millones en las áreas próximas a humedales incluidos en el convenio RAMSAR, 7.000 en las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPAS) y 86.000 en las seleccionadas por las comunidades autónomas.

El secretario general de Estructuras Agrarias, Carlos Tió, manifestó hoy que para controlar y garantizar la correcta asignación de estos recursos económicos, la Administración intentará implicar a las asociaciones de agricultores en el seguimiento y control de los progamas.

OBJETIVOS

El objetivo de las ayudas es diversificar las rentas agrarias, para conseguir mantener una agricultura rentable y, al mismo tiempo, respetuosa con el medio ambiente.

Para conseguirlo, el programa contempla medidas dirigidas a disminuir la contaminación ocasionada por la producción agraria intensiva a través de la disminución del uso de productos fitosanitarios y abonos químicos, a la defensa de especies vegetales y animales en peligro afectadas por estas actividades, al mantenimento y recuperación del paisaje tradicional o al fomento de prácticas agrarias que sirvan de defensa contra la erosión y los incendios.

Asimismo, establece actuaciones sobre la ganadería, para reducir la presión excesiva del ganado en aquellas zonas donde sea necesario y potenciar así el ahorro de los recursos naturales.

Otro de los fines radica en ofrecer una nueva reorientación a las tierras agrarias que han sido abandonadas, para controlar los riesgos de erosión e incendios forestales, e incluo retirar tierras de cultivo cuando la actividad agraria pueda dañar el medio ambiente.