La Audiencia condena a los principales responsables del "caso Ucifa", el comandante José Ramón Pindado y el teniente coronel Francisco Quintero, a nueve y ocho años de risión respectivamente, y a multas de 100 millones de pesetas para cada uno de ellos.

No obstante, a la salida de la lectura de la sentencia, la mayoría de los letrados que defendían a los sentenciados hoy aseguraron que interpondrían recurso ante la Sala Segunda del Tribunal Supremo. Por ello, el fiscal pedirá que, hasta que el Supremo no decida si acepta o no los recursos, ninguno de los condenados ingrese en prisión.

Las sentencias conocidas hoy coinciden en su mayoría con las solicitudes hechs por la Fiscalía General Antidroga para todos los implicados en el "caso Ucifa". El fiscal decidió no imputar finalmente a Sebastián Márquez, Manuel Jiménez y Jesús Núñez, que han quedado fuera de la sentencia definitiva.

PINDADO/QUINTERO

Al comandante José Ramón Pindado se le imputan delitos contra la salud pública de acuerdo con el artículo 344 del antiguo Código Penal, vigente en la fecha de los hechos, que recoge las penas para "quienes ejecuten actos de cultivo, elaboración o tráfico, o de otr modo promuevan, favorezcan o faciliten el consumo ilegal de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas".

A esto se unen otros agravantes, recogidos en el mismo artículo del Código Penal: que se trate de "importantes cantidades" de droga y que el culpable pertenezca a alguna organización o bien sea funcionario público, como es el caso de Pindado. Por ello la sentencia fija una pena elevada e impone 8 años de prisión al comandante de la Guardia Civil y una multa de 100.000.000 pesetas. Además, se le acusa también de un delito continuado de falsedad en documento público, por lo que se le impone un año de prisión y una multa de 60.000 pesetas.

Por otra parte, la sentencia hecha pública hoy no imputa este último delito a su superior, el teniente coronel Francisco Quintero, por lo que la pena impuesta a éste queda en 8 años y 100 millones de multa.

A quien imputa los mismos delitos que al comandante Pindado (delito contra la salud pública y falsedad continuada en documento públco) es al sargento Gonzalo Méndez Gutiérrez, para el que fija una pena de 9 años de prisión y multa de 100 millones de pesetas. A su salida de la sala, el sargento aseguró que estaba "perplejo" y que "la sentencia no se corresponde con el juicio al que he asistido".

El resto de agentes de la Guardia Civil condenados son Vicente Domínguez Serrano (2 años de prisión 30 millones de multa), Doroteo Gómez Porras (2 años y cuatro meses de prisión y 51 millones de multa) y los también agentes Félix Molina y ntonio López Segura, para los que se impone 1 año de prisión y seis meses de suspensión, respectivamente.

CONFIDENTES

La sentencia condena también a los confidentes de la Guardia Civil que supuestamente habrían cobrado con droga sus servicios a la Benemérita. Así, se imponen multas de 10 años de prisión a Luis Ezquerecocha del Solar y José Manuel García Gutiérrez.

A ambos se les acusa de delitos continuados contra la salud pública, y se les impone también sendas multas de 125 millones de peseta.

Asimismo, la Audiencia condena a 9 años de prisión al confidente José Luis Recuero del Pino como autor, junto con los anteriores, de un delito contra la salud pública. La sentencia le impone además una multa de 100 millones de pesetas. Por último, otro confidente, Ramón del Temple Llopis es condenado a 2 años y cuatro meses de prisión y una multa de 51 millones de pesetas.

NARCOTRAFICANTES

En cuanto a los supuestos narcotraficantes Juan Miguel Rada Fernández y Juan José Garrote, a los que se cusaba de quedarse con droga procedente de alijos realizados por la Guardia Civil, la sentencia les condena a 10 años de prisión y multas de 125 millones de pesetas, respectivamente.

También condena a otros dos narcotraficantes: Juan Pallol y Ricardo Fernández Barbudo, a los que impone una pena de 3 años de prisión y 60 millones de pesetas de multa.

A la salida de la lectura de la sentencia, familiares y amigos de los Guardias Civiles condenados y de algunos de los confidentes mostraron su oposicón y su "sorpresa" ante las penas impuestas.

"Los delincuentes están en la calle y los Guardias Civiles en la cárcel", apuntaron algunos de los presentes, entre ellos las mujeres de algunos de los Guardias Civiles condenados, que acogieron entre lágrimas la sentencia.