"Cuando ocurrió esta tragedia, llamé al Consulado para dar parte y me dijeron que lo hiciera por escrito. A los tres días, después de salir de observación del hospital, me dirigí al Consulado, hice el escrito y, todavía hoy, estoy esperando que el consul, Fermín Pietro Castro, cumpla con su obligación de llmarme para ver qué me ha ocurrido", explicó el doctor Gallego en declaraciones a Radio Nacional de España (RNE).

José Luis Gallego Ferreiro añadió que está "sorprendido porque no he recibido ningún tipo de ayuda, ni económica ni moral", por parte de los representantes del Gobierno español en la zona.

"Fue tremendo", relató el médico español, "porque los niños gritaban desde el coche 'por favor, no matéis a papá'. Una vez apaleado, me aplicaron una llave de karate al cuello con intención de matarm. Pensaban que me habían matado y se dirigieron hacia el coche, donde estaban mis hijos y mi hermana, con intención de matarlos y robar el coche".

Los asaltos semejantes al sufrido por Gallego Ferreiro, que se han convertido en moneda corriente en ese estado del sur de Norteamérica desde octubre del año pasado, ya han ocasionado nueve muertos y varias decenas de heridos y contusionados.