TRES MILLONES DE MUJERES Y NIÑAS SUFREN CADA AÑO LA ABLACIÓN, SEGÚN DENUNCIA UNICEF
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Tres millones de niñas y mujeres sufren la ablación o mutilación genital femenina cada año en África Subsahariana y Oriente Medio. Así se deprende de un informe presentado por el Centro de Investigaciones Innocenti de UNICEF.
El informe afirma que, con un compromiso y un apoyo adecuados, esta práctica milenaria tan arraigada podría eliminarse en una sola generación.
"Es posible un cambio real y perdurable. Este cambio se producirá cuando las comunidades -incluyendo a niños, niñas, hombres y mujeres- tengan los conocimientos necesarios para poder elegir y así abandonar progresivamente estas prácticas", afirma Marta Santos Pais, directora del Centro de Investigación Innocenti.
Según algunas creencias, la ablación o mutilación genital femenina es una práctica tradicional que realza la belleza de la niña o la mujer, su honor, sus posibilidades de casarse, su estatus social y su castidad. Los padres fomentan la ablación porque creen que así protegen el honor de la familia y benefician a las niñas.
130 MILLONES DE VÍCTIMAS
En los 28 países de África Subsahariana y Oriente Medio donde se lleva a cabo la ablación o mutilación genital femenina, 130 millones de niñas y mujeres han sido víctimas de esta práctica. Las últimas estimaciones cifran en tres millones el numero de niñas víctimas de ablación cada año, cuando la anterior estimación se situaba en los dos millones. Sin embargo, este hecho, según UNICEF, no refleja un aumento en el número de casos, sino que demuestra que se ha mejorado el proceso de recogida de información.
El informe también examina algunas de las estrategias más prometedoras que están ayudando a las comunidades a abandonar esta práctica, como las iniciativas de UNICEF en Egipto que orientan a las comunidades a entablar debates públicos que no juzguen por adelantado y animan a las comunidades que hayan decidido abandonar la práctica a que difundan su mensaje entre las comunidades vecinas.
La participación de los líderes de opinión, incluyendo los líderes tradicionales y religiosos, puede jugar un papel decisivo a la hora de estimular el debate público. El personal sanitario, los curanderos, los trabajadores sociales y los profesores deben ser formados y apoyados para que desaconsejen esta práctica, señalan desde Unicef.
La mutilación genital femenina se está convirtiendo en un problema global, que también afecta a las mujeres que viven en las comunidades inmigrantes de los países industrializados de todo el mundo. La diferencia entre los porcentajes de población que sufren esta práctica, los tipos de mutilación que se llevan a cabo y la edad de inicio de estas prácticas en los diferentes países es muy grande.
En cualquiera de sus formas, señala la ONG, esta práctica supone graves daños y puede provocar pérdidas de sangre durante años, infecciones, infertilidad e incluso la muerte. "Muchas niñas y mujeres sufren en silencio. Debido al carácter privado de estos daños, es imposible calcular el número de víctimas mortales", concluye el documento.
(SERVIMEDIA)
24 Nov 2005
SBA