Carmen Garcés y Manuel de Oya, especialistas de la Unidad de Lípidos de la Fundación Jiménez Díaz, y Carlos Lahoz, de la Unidad de Arterioesclerosis del Hospital Carlos III, afirman en el prólogo que su libro está pensado para personas con el colesterol elevado o para aquéllos que quieran comer sano y prevenir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.

Pero como insisten en que la nutrición no está reñida con la gastronomí, ofrecen recetas de sopas (de cebolla a la francesa, de cocido con sémola, juliana o ajo blanco), arroces y pastas (arroz con níscalos o espaguetis con salsa de aceitunas negras), ensaladas (de pepino y yogur o de kiwi y bacalao) y legumbres (potaje de garbanzos "Canarión", habas con jamón o lentejas con cebolla).

También incluyen un grupo de platos realizados con verduras (berenjenas al horno, cardo de La Rioja o pimientos rellenos con arroz), con carnes y aves (albóndigas coquis de pollo, escalopins al limón, pavo al horno o perdices escabechadas) y con pescados (bacalao con pasas, marmitako de Bermeo o parrochas en escabeche).

Los tres especialistas seleccionan postres realizados con frutas (compota de peras, crema de melón o sobres variados). Las excepciones son el arroz con leche, el sorbete de cava o el yogur.

El apartado más médico del libro repasa brevemente el metabolismo del colesterol, los componentes de los alimentos y cómo influyen éstos sobre la hipercolesterolemia, además de icluir una clasificación del riesgo cardiovascular según los niveles de colesterol en sangre.

CONSEJOS PRACTICOS

Los tres especialistas elaboraron una tabla con los alimentos que en cada grupo (cereales, frutas y hortalizas, huevos y leche, pescado y marisco, carnes, grasas y aceites, postres, bebidas, frutos secos y especias y salsas) deben consumirse a diario, con moderación o esporádicamente.

Ofrecen también consejos prácticos para las comidas que se realizan fuera de casa. Recuerdan que hay ue evitar las carnes grasas, las salsas con nata o la bollería, y recomiendan el consumo preferente de pescado, verduras, legumbres, ensaladas, bocadillos o pinchos a base de verduras o pescado, así como fruta en el postre.

También ofrecen pequeños trucos para preparar una comida más cardiosaludable, como usar claras en lugar de huevos enteros, sustituir la mantequilla por aceite de oliva para untar en el pan, asar o pasar a la plancha los alimentos, usar poca sal, escurrir la carne después de cocinara o quitar la grasa subcutánea al pollo antes de prepararlo.