Dos regiones francesas pondrán en servicio, de manera experimental durante dos años, 23 trenes movidos con una mezcla denominada "B30", compuesta por un 30% de biodiesel obtenido a partir de aceite de colza y un 70% de diesel convencional.

La compañía prevé que un 70% de su parque de trenes diesel utilice "B30" de aquí a 10 años. Asimismo, la SNCF va a probar en dos motores un combustible 100% vegetal, y espera que dentro de 3 o 5 años éstos estén funcionando en sus trenes.

Con estas medidas, la empresa -que ha reducido en un 25% su consumo de gasóleo en los últimos 10 años- quiere dar un paso más en lo que a impacto medioambiental se refiere, ya que sus trenes diesel, el 23% de su parque, tienen un consumo anual de gasóleo de 200.000 toneladas.

La compañía negociará medidas fiscales ventajosas y acuerdos de distribución para evitar que la utilización de biocarburantes repercuta en el precio de sus billetes: actualmente la SNCF paga 48 céntimos por litro de diesel convencional, mientras que el precio del biocarburante es de 1,60 euros litro.

Asimismo, el Programa Nacional de Investigación e Innovación en el Transporte Terrestre otorgará una ayuda inicial de 600.000 euros para la puesta en marcha de esta iniciativa.