Efectivos policiales tuvieron que cargar en varias ocasiones contra las aproximadamente 2.000 personas que se concentraron ante el Palacio de Justicia onubense para pedir el linchamiento del sospechoso.

Algunos de los manifestantes lanzaron piedras y ladrillos contra estas dependencias judiciales, donde en ese momento prestaba declaración José Franco. Durante la concentración se corearon gritos de "cárcl no, muerte sí", "asesino, canalla" y "dejádselo al pueblo".

Tras prestar declaración, el detenido fue trasladado al centro penitenciario de Huelva a las cinco de la madrugada de hoy. Sin embargo, el director de la cárcel dijo hoy a Servimedia que el "clima sigue estando muy caldeado y tenemos que ser precavidos, de ahí que hayamos decidido trasladarlo a otra prisión". Fernández Armario no quiso desvelar el nombre de la cárcel a la que ha sido llevado José Franco.

ASISTENCIA DE PSICOLOGOS

Por tra parte, responsables de la Delegación de Educación de la Junta de Andalucía en Huelva confirmaron a esta agencia que este jueves enviarán dos psicólogos al colegio Juan Luis Vives, en el que Ana María Jerez estudiaba cuarto curso de EGB, ante la posibilidad de que algunos alumnos necesiten tratamiento psicológico tras conocer el asesinato de su compañera.

Esta asistencia también podría prestarse a alguno de los profesores que impartían clases a Ana María. Es el caso de Manuel Ortiz Castillo, quien anifestó durante el entierro de la niña que "la situación se me escapa de las manos y no sé si tendré que recurrir a un psicólogo".

Entretanto, el equipo forense encargado de esclarecer la muerte de la niña, que dirige el catedrático sevillano Luis Frontela, continúa estudiando el cadáver de Ana María y aún no se sabe cuándo se conocerán las conclusiones finales de la autopsia.

El cuerpo de Ana María Jerez Cano, de 9 años de edad, fue hallado en avanzado estado de descomposición el pasado viernesen las marismas de la ría del Tinto, con la cabeza seccionada del tronco.

El cadáver de la niña permaneció en paradero desconocido 69 días, después que ésta abandonara su domicilio para reunirse con una amiga, sobrina del principal sospechoso del asesinato.

Una vecina aseguró tras la desaparición haber visto a Ana María acompañada de José Franco, alejándose del recorrido que debía haber hecho para trasladarse a casa de su amiga.