"La propuesta de la Comisión pone en evidencia su falta de respeto hacia los principios democráticos, siendo precisamente esto lo que ha motivado el proceso de permisos actualmente en marcha", afirma Greenpeace en un comunicado.

Según la organización, la Comisión Europea también ignora los recientes nálisis sobre el impacto ecológico del maíz Bt y los riesgos de los genes resistentes a antibióticos presentes en la mayoría de los organismos modificados genéticamente, así como las numerosas peticiones de consumidores y profesionales para que se hagan estudios de impacto medioambiental y pruebas experimentales obligatorias.