Pérez Rey se expresó en estos términos en el marco de las Jornadas Confederales de Acción Sindical ‘Estudio y análisis de las masas salariales y convenios colectivos’ que celebra UGT entre este miércoles y viernes en Madrid.

El secretario de Estado reconoció que “hay que profundizar en la protección” de la estabilidad en el empleo y la garantía “del derecho al trabajo”, aunque el objetivo debe ser que “en la medida de lo posible” el mercado de trabajo funcione “sin recurrir a las indemnizaciones como moneda de cambio de la pérdida de puestos de trabajo”.

“La indemnización del despido es siempre un fracaso, porque es la pérdida de un trabajo y la monetización de un derecho. Indemnizar por sí mismo constituye un fracaso”, declaró Pérez Rey, quien apuntó que “lo lógico” es no perder el trabajo y que, si sucede de manera injusta, se recupere. “Lo importante no es cuánto te pagan por el despido. Lo importante es que no te despidan”, aseveró.

A su juicio, normalmente la gente lo que quiere es “conservar” el empleo y no vivir la “incertidumbre” de cuándo encontrará otro. Al respecto, defendió que la reforma laboral “sí ha ajustado cuentas con cómo funciona” el despido tradicionalmente en España, ya que las dificultades eran afrontadas por parte de las empresas mediante la contratación temporal y el despido.

PANDEMIA

El secretario de Estado puso el ejemplo de las primeras semanas del estallido de la pandemia, cuando 800.000 personas perdieron su trabajo, de los que dos tercios tenían un contrato temporal.

“En España, el ordenamiento laboral ha tenido muchas veces una tendencia suicida a empujar a la extinción del contrato como la solución a todos los males empresariales”, lamentó, para añadir a posteriori que eso dificultaba la salida de las crisis, “descapitalizaba” a las propias empresas y causaba un importante “sufrimiento” social.

Entonces, según Pérez Rey, se dijo: “Cambiemos esto. ¿Qué sentido tiene que acabemos con 3,5 millones de trabajadores en el paro por una crisis que tiene que tener un final?”. Por ello, explicó que se pusieron en marcha medidas de flexibilidad interna, impulsándose los ERTE, que llegaron a amparar a unos 3,5 millones de empleados y protegieron a más de medio millón de empresas.

En su opinión, este fue “el cambio más decisivo en la gestión de las relaciones laborales en nuestro país” porque se “democratizó la figura del ERTE”, que hasta entonces se utilizaba únicamente en el ámbito industrial.

Inspirado en las medidas de la pandemia, el secretario de Estado señaló que la reforma laboral reguló esta fórmula de flexibilidad interna para “capear” las crisis, de forma que “ahora el Estatuto de los Trabajadores no propicia inmediatamente los despidos como si un elefante entrara en una cacharrería”.

Asimismo, subrayó que con la “incertidumbre” que se está viviendo en la actualidad por el contexto de la guerra en Ucrania, la elevada inflación o los problemas con algunas materias primas, “por vez primera” en una situación así no se ha disparado la tasa de paro, lo que atribuyó a un “éxito” común de sindicatos, patronal y Gobierno por haber sacado adelante la reforma laboral.

Por otra parte, defendió que con la mera reducción de la temporalidad se ha reforzado la protección de los trabajadores, ya que con más trabajos temporales, hay más personas que tienen indemnización cero o “en el mejor de los casos”, 12 días.

“La reforma laboral ha permitido superar drásticamente esta situación”, enfatizó Pérez Rey, quien recordó que solo en un año de vigencia de la reforma laboral la tasa de temporalidad se ha reducido en siete puntos en el sector privado, hasta cerrar 2022 en el entorno del 17%.