El informe, al que tuvo acceso Servimedia, analiza la evolución del fraude de trabajadores y pensionistas entre 1987 y 1990, y llega a la conclusión de que, en el último ejercicio, este colectivo ocultó al Fisco un promedio de 5,6 pesetas de cada 100 ganadas.

La defraudación fue mayorentre los asalariados que entre los pensionistas, un 6,2 frente a un 3,2 por ciento, si bien en ambos casos se mantiene por debajo del nivel registrado entre empresarios, profesionales y agricultores, aunque sobre éstos no hay estimaciones solventes.

Los expertos del IEF hacen hincapié en que su estimación demuestra que el grado de ocultación entre las rentas del trabajo es en realidad muy inferior al calculado en 1987 por la Comisión para la evaluación de fraude en el IRPF.

A su juicio, la estimción de fraude realizada por dicha comisión, que lo cifró en un 27 por ciento, estaba hinchada por el hecho de que sólo utilizó como referencia las rentas del trabajo sujetas a la obligación de declarar.

Ese sistema de evaluación del fraude distorsionaba su cuantía al alza, al no tener en cuenta que un amplio colectivo de asalariados y pensionistas se encuentra por debajo del mínimo exento, cifrado en 900.000 pesetas en 1990.

En virtud de ese mínimo exento, un 16,8 por ciento de las rentas del trbajo no fueron declaradas a Hacienda en 1990, al haber sido ganadas por personas cuyos ingresos no superaron el citado límite.

PRACTICAMENTE INEXISTENTE

El IEF utiliza, en lugar de las declaraciones de la renta, las estadísticas de retenciones del IRPF de que dispone la Agencia Tributaria, lo que elimina el sesgo al alza introducido al tener en cuenta sólo a quienes ganan por encima del mínimo exento.

Con este sistema, se disponen de datos sobre el IRPF procedentes de las retenciones efectuadasa sus trabajadores por un total de 804.700 sociedades en 1990, con cargo al impuesto de la renta.

Los expertos del IEF consideran que el resultado de su estudio demuestra que "el fraude es prácticamente inexistente en rentas del trabajo" porque una discrepancia de algo más del 5 por ciento entre lo declarado y lo registrado en la contabilidad nacional "puede considerarse estadística".

El análisis del IEF abarca el fraude cometido en pensiones y en salarios, incluyendo prestaciones sociales como l incapacidad laboral transitoria por enfermedad, maternidad, accidente de trabajo o enfermedad profesional, y las asignaciones por hijos y nupcialidad.

ACTITUD ANTE LOS DEFRAUDADORES

El escaso volumen de fraude en las rentas del trabajo detectado en este informe es coherente con la actitud mostrada por los asalariados en una encuesta realizada por este mismo instituto sobre "La percepción de la realidad fiscal por los declarantes del IRPF".

Esa encuesta revela que el 64 por cien de los asalariaos se queja de la suavidad del trato a los defraudadores y sólo un 23,4 por cien opina que se les castiga de manera suficiente.

Casi cuatro de cada diez españoles cree que ahora defraudan más personas que antes, prácticamente la misma proporción de encuestados opina lo contrario y el resto no sabe o no contesta.