Según informaron a Servimedia fuentes sindicales, el motivo de la protesta es la decisisón unilateral de la compañía de cerrar su factoría madrileña, a pesar de que la empresas está perfectamente saneada y arroja beneficios.

Por su parte, la drección de Frigo en Madrid indicó que los motivos del cambio a Barcelona responden a criterios de mejora de la competitividad de los productos ante la creciente recesión de la ventas que, desde 1992, comenzó a afectar al sector.

Los responsables de los trabajadores consultados por esta agencia señalaron que los argumentos utilizados hasta ahora por Frigo "son escusas", porque se trata de una de las marcas a las que menos ha afectado la crisis de ventas, puesto que en 1992 elevó su cuota de mercado hasa el 45 por cien y logró unas ventas próximas a los 24.000 millones de pesetas.

En su opinión, la operación planificada por la empresa "no responde a criterios de competitividad, sino a la reducción de buena parte de los 270 trabajadores que tiene en la fábrica de Madrid, ya que el traslado que se plantea es inaceptable por los empleados".

Las condiciones ofrecidas por la empresa en una carta remitida a los trabajadores, según sus portavoces, "son pan para hoy y hambre para mañana", ya que no se arantiza el empleo indefinido a los que se trasladan y "saben que del total de la plantilla, sólo 25 ó 30 personas carecen de obligaciones y cargas familiares para trasladar su actividad a Barcelona".

Asimismo, advierten que detrás de la medida podría estar un intento d ela dirección de UNilever de especular con los terrenos que ocupa la fábrica de Alcobendas, unos 7.000 metros cuadrados en una de las zonas de Madrid que tiene los precios de suelo más elevados.

Unilever comercializa a través de Figo toda su popular gama de helados, así como los productos congelados "Iglo" y otras marcas de alimentos precocinados de elevada implantación en el mercado nacional.