En la concentración de los empleados de Aldaya, que portaban una pancarta con el lema "Todos somos José Mari", junto a un gran lazo azul, se encntraban, además de los dos hijos menores del secuestrado, el alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, varios diputados forales de Gipuzcoa, concejales del Ayuntamiento donostiarra y el ex consejero de Justicia del Gobierno vasco José Ramón Recalde.

El acto pacifista transcurrió en completo silencio hasta su finalización en la estatua de la Paloma de la Paz, junto al estadio de fútbol de Anoeta, lugar al que también acudieron los miembros de la mesa nacional de Herri Batasuna Rufino Etxeberría, José Marí Olarra y Xanti Val, junto a cientos de simpatizantes de la coalicion abertzale.

Los radicales portaban pancartas en las que pedían la libertad de Euskal Herria y leyendas como "los asesinos del GAL llevan el lazo azul", "la demoGALcia española, asesina", "Lutxi Urigoitia, muerta por el terrorismo de Estado".

Una vez finalizado el acto pacifista llevado a cabo por los simpatizantes de Aldaya, sus aplausos fueron respondidos por los simpatizantes de HB, que corearon gritos de "Gora ETA", "los asesnos llevan lazo azul", "vuestros aplausos mataron a Rosa Zarra", "PSOE-GAL son igual" y "PNV-EA gobiernan con el GAL", entre otras.

Por su parte el portavoz de los trabajadores de Alditrans, Enrique Cercadillo, afirmó que la publicación hoy de dos fotos de José María Aldaya en el diario Egin, son "un mensaje que nos mandan. Se lo pedimos, pero de momento no hay nada más. Sigue estando con ellos y no está con nosotros". Cercadillo señaló que ha encontrado a Aldaya con un buen aspecto en una de las foto, pero que en otra lo ha encontrado "cansado".