A mediodía de ayer se desprendió parte de la muralla del castillo de Alburquerque, precipitándose las piedras al vacíodesde una altura de 60 metros. Una de las piedras, de considerable tamaño, fue a parar a una calle del barrio medieval de Villa Adentro, lo que provocó la alarma entre los vecinos.

En Trujillo, los muros del viejo castillo tampoco resistieron las fuertes lluvias caídas durante estos días. En concreto, se ha desplomado parte de la muralla exterior, del llamado Patio de Armas de San Pablo.

Es la zona más moderna del castillo, cuatro veces mayor que la parte principal de la fortaleza. La parte derruda pertenece a un campamento mal conservado sobre el que no se han acometido ningún tipo de obras de rehabilitación.