Según la sentencia difundida este jueves, Lexitor es una sociedad polaca de gestión de cobro a la que un consumidor cedió sus derechos derivados de un contrato que había celebrado con un banco y que afirma que el banco incumplió su obligación de información al consumidor.

Lexitor acudió a un órgano jurisdiccional polaco para reclamar al banco el pago de intereses y gastos pagados por dicho consumidor por considerar que el banco sobreestimó la tasa anual equivalente (TAE) y una de las cláusulas del contrato que se tiene en cuenta para el cálculo de dicha tasa debe ser declarada abusiva. Por otra parte, alegó que el contrato no precisa claramente los motivos y la manera en que aumentan los gastos ligados a su ejecución y estos incumplimientos deben dar lugar a una sanción y eximir el crédito de los intereses y de los gastos estipulados en el contrato.

El Tribunal de Justicia recuerda que el contrato de crédito debe especificar, de forma clara y concisa, la TAE calculada en el momento de su suscripción y el hecho de que un contrato de crédito especifique una TAE que se demuestra sobreestimada al considerarse posteriormente que determinadas cláusulas de ese contrato son abusivas, no constituye un incumplimiento de la obligación de información. Sí que puede infringir la obligación de información si el contrato especifica las condiciones por las que pueden modificarse los gastos vinculados a su ejecución y para ello se basa en indicadores “difícilmente verificables” para el consumidor.

En caso de incumplimiento de la obligación de información que afecte a la capacidad del consumidor para valorar el alcance de su compromiso, el banco puede ser privado del derecho a los intereses y a los gastos.