Según informó el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital este jueves, esta referencia, con vencimiento en julio de 2042, alcanza un volumen en circulación de 9.648 millones de euros.

A partir de una estimación de la rentabilidad de un bono convencional análogo se calcula que se ha producido un ahorro de hasta tres puntos básicos (‘greenium’) en el coste de financiación del Tesoro y para el contribuyente. La demanda del bono verde ha ascendido a 2.206 millones de euros.

El Tesoro español pretende alcanzar un volumen en circulación del bono verde similar al de otras referencias líquidas de la curva, en el entorno de los 15.000-20.000 millones de euros.

La emisión de bonos verdes aumenta la vida media, mejora los costes de financiación y permite diversificar la base inversora, además de avanzar en la financiación de proyectos con carácter ecológico. Sirven para financiar programas de gasto verde elegibles incluidos en los Presupuestos Generales del Estado de los años 2021, 2022 y 2023, que ascienden a 11.949,58 millones de euros, sin considerar la cuantía que tendrá que asignarse a las emisiones de 2022. Se han identificado 5.038 millones adicionales de proyectos medioambientales en los Presupuestos Generales del Estado de 2023, por encima de la cuantía de 2022.

La demanda para el conjunto de bonos subastados hoy incluye referencias nominales a 3 y 10 años, además del bono verde (19 años), y una referencia a 10 años indexada a la inflación, habiéndose adjudicado 6.966 millones de euros. La subasta recibió una demanda de inversores internacionales de más del 60%, que asciende al 89% en el caso del bono verde.

Con la subasta celebrada hoy se ha ejecutado el 36,4% del programa de financiación a medio y largo plazo en lo que va de año. La vida media de la deuda del Estado en circulación asciende a 7,85 años, y el coste medio de la cartera se sitúa en el 1,83%.