Fuentes de la comunidad judía en Madrid informaron a Servimedia de que las sinagogas están aplicando con mayor rigor las medidas de seguridad que ya existían con anterioridad, consistentes en vigilancia policial y servicios de orden internos.

En concreto, en el exterior de los templos judíos en la comunidad marileña suele encontrarse una dotación policial, mientras que en el interior existen responsables de seguridad encargados del control de las instalaciones. Este sistema se aplica en las cuatro sinagogas de Madrid, tres de las cuales están situadas en la capital y otra en un municipio de los alrededores.

La amenaza del terrorismo islamista ha llevado a redoblar una medida de precaución que ya se aplicaba, consistente en pedir datos personales y de referencia a los miembros de la comunidad judía en Madri que pretenden entrar en las sinagogas para participar en oficios religiosos.

Algo similar sucede en el complejo de Hoyo de Manzanares, compuesto por un cementerio y una edificación que cuenta con un restaurante, contra el que los terroristas responsables de la matanza del 11 de marzo tenían previsto cometer un atentado. Estos planes habrían sido descubiertos a raíz de la documentación encontrada en el piso de Leganés en el que se suicidaron siete de los miembros de este comando islamista.

Las funtes consultadas indicaron que al complejo de Hoyo de Manzanares sólo se permite el acceso a los miembros de la comunidad judía o a personas que acompañan a integrantes de este colectivo.