La reunión, que comenzó a las cinco de esa tarde, se alargó hasta cerca de las ocho de la tarde, que es cuando se comunicó la dimisión de Juan Villalonga y el nombramiento de su sucesor, César Alierta.

Según Villalonga, "en el transcurso de nuestras conversaciones sobre la mejor forma de seguir creando valor para toda la compañía no ha parecido que ahora, con el desarrollo de varias iniciativas estratégicas de gran éxito para la empresa, ha llegado el momento del cambio en la presidencia e Telefónica. Estoy encantado de que César Alierta, un ejecutivo de larga experiencia y mucho éxito, haya aceptado ser presidente de esta compañía".

El hasta ahora presidente de Telefónica desatacó la figura de Alierta e indicó que "es un miembro activo y valioso de los consejos de administración de Telefónica y Terra, por lo que su nombramiento asegura continuidad en la gestión. Es más, tengo la confianza de que Telefónica seguirá desarrollando su estrategia empresarial, que la compañía seguirá crecindo, y que logrará su objetivo primordial de crear valor para el accionista".

Por su parte, el nuevo presidente de Telefónica aseguró que "es una gran oportunidad y un importante reto liderar Telefónica como presidente del Consejo de Administración. Durante los últimos cuatro años, Telefónica se ha convertido en una de las grandes empresas de telecomunicaciones del mundo y mi objetivo será seguir creando valor para los accionistas y llevar a la compañía a las más altas cotas posibles".