Según informaron a Servimedia fuentes de GSK, en el caso de los trabajadores es el facultativo de la compañía quien decide si el candidato reúne las condiciones para recibir el medicamento, tras entrevitarle y realizarle un estudio sobre el grado de dependencia a la nicotina.

A todo participante en el programa de desahbituación se le entrega una guía de apoyo, que contiene trucos para pasar los momentos críticos, y a los que reciben el fármaco se les incluye en un estudio observacional de seguimiento para pacientes tratados con bupropión, en el que deberán rellenar una encuesta.

En el caso de los familiares el sistema es diferente, ya que para poder atenderles y proporcionales el tratamiento deerán presentar la receta médica que les haya prescrito su médico, que será el encargado de llevar el seguimiento y control del tratamiento.

GSK subvenciona desde 1992 terapias para la deshabituación tabáquica de sus empleados y familiares, para lo que estableció un Plan de Política Antitabaco Institucional en todos sus centros. El plan reconocía el derecho de los no fumadores a trabajar en un ambiente libre de humos, animaba a sus empleados a abandonar este hábito y definía zonas en las que está permiido fumar.

Los programas de deshabituación que ofreció incialmente la compañía se basaban en psicoterapias de apoyo, tratamientos psicoterapéuticos, acupuntura, etc. Posteriormente, desde noviembre de 2000 incorporó el fármaco que ellos comercializan.