En opinión de Suquía, Rodríguez Sahagún corresponde a ese tipo de hombres, honrados y coherentes con su fe en la vida, cuya labor es alabada y estimada por la Iglesia.

"Se dedic a trabajar por Madrid, en lugar de hacer demagogia, dio muestras de sentido común, observación certera, honradez de pensamiento y buena educación y nunca tuvo una palabra de reproche o de impaciencia", agrega el cardenal.

Angel Suquía subraya también las cualidades humanistas de Rodríguez Sahagún, de gran formación cultural y sensibilidad artística, y de "una oratoria irreprochable".

Finalmente, el presidente del Episcopado español se refiere a la vida familiar del fallecido, quien supo mantenersu matrimonio durante 36 años, acorde con los fundamentos cristianos.