La resolución de la Sala de lo Penal del Tribuna Supremo relata que los acusados prestaban servicio en el cuatel de la Guardia Civil de Castellar del Vallés (Barcelona) en la madrugada del 19 de agosto de 1994 cuando recibieron un aviso de robo en una gasolinera cercana, a la que acudieron a pie para detener a los dos atracadores.

De camino al cuartel, cada uno de los detenidos, que iban esposados, propinó una patada al guardia que le llevaba sujeto, lo que fue interpretado como un intento de huída, por lo que les redujeron y les tiraron al suelo, onde les propinaron una serie de golpes en distintas partes del cuerpo.

Una vez en el cuartel, les sentaron en un banco esposados a una barandilla, pero como "armaban jaleo", optaron por tumbarles en el suelo bocabajo y esposados con las manos en la espalda. Aproximadamente media hora después uno de los detenidos comenzó a encontrarse mal, por lo que un guardia acudió a buscar a un médico, que detectó problemas neurológicos y recomendó trasladarle a un centro médico.

SIN MEDIOS PARA EL TRASLADO

Los guardias alegaron que no tenían medios para acompañarle al hospital y custodiar al otro detenido, por lo que llamaron al comandante del puesto, que se encontraba en control de carreteras. Este ordenó que esperaran a su llegada para el traslado, que finalmente se realizó dos horas después.

El detenido ingresó en el Hospital Parc Tauli ya en coma, y al mediodía siguiente falleció como consecuencia de una hemorragia epidural producida por un impacto en la región temporal izquierda, por delante del oío, que no dejó señales externas. Además, tanto el fallecido como el otro detenido presentaban "contusiones y erosiones por diversas partes del cuerpo".

La Audiencia Provincial de Barcelona absolvió a los dos guardias civiles de los delitos de asesinato, homiciidio, falsedad en documento oficial y torturas que pesaban sobre ellos, sentencia que el Tribunal Supremo anula.

El Alto Tribunal señala que, ya que la lesión fue producida por una agresión externa, y los forenses descartaron que se tratase e un golpe contra el suelo o una autolesión, la Audiencia debe demostrar que la causa de la muerte fue ajena a la actuación de los acusados antes de absolverles.

Además, indica que es irrelevante el hecho de que no se sepa cuál de los dos guardias civiles pudo provocar esta lesión, pues ambos serían autores del delito porque uno de ellos lo hizo mientras el otro omitía "impedir el resultado".

Por ello, Supremo anula y devuelve estas actuaciones al tribunal de origen, para que especifique a qué sedebe la lesión que provocó la muerte del detenido si no es consecuencia de los malos tratos por parte de los agentes, que sí fueron probados.