El último caso tuvo lugar hace un mes, cuando un policía que se disponíaa ingerir un plato cocinado de verduras encontró un gusano. "La comida es asquerosa", afirmó José Manuel Sánchez, secretario general del SUP.

El problema alimentario de Avila ha sido incluído con carácter extraordinario en el llamado 'Plan Estratégico de Reforma y Mejora del Cuerpo Nacional de Policía', que el SUP remitió recientemente al titular de Interior, Mayor Oreja.

La empresa 'Albie' obtuvo en 1985 la concesión administrativa por parte de la Dirección General de Policía del servicio de resauración en la totalidad de centros policiales del país, que se viene prorrogando año tras año. Entre las contratas del servicio, además de la Academia de Avila, destacan el Centro de Promoción de Carabanchel y la División de Formación en Pío XII.

"El problema se agrava en Avila porque", según explicó José María Benito, secretario general de Reivindicaciones, "allí es obligatorio comer y cenar, mientras que en Madrid y el resto de centros los policías pueden ir a otro restaurante".

No obstante, adiferencia del resto, en la academia abulense se cobran 1.000 pesetas por día a cada alumno, coma o no coma. La mayoría de los policías traen comida de casa o bien, de noche, aprovechan los permisos para cenar fuera.

Desde hace dos años opera una comisión mixta formada por policías y representantes de 'Albie' que inspeccionan minuciosamente los productos alimenticios. Así, se pesan aleatoriamente los pescados, carnes y verduras para comprobar si se ajustan a las características que contempla la contraa.

Sin embargo, según Benito, los resultados siguen sin ser satisfactorios y la prueba está en que siguen apareciendo bichos y en que la calidad final de los alimentos una vez tratados en la cocina presentan "una dudosa garantía de que son sanos".