Todas ellas han sido atendidas a través de los programas y proyectos de la congregación que ofrecen a las mujeres que se encuentran en esta situación desde asistencia legal hasta acompañamiento psicológico y laboral. Y todo ello en un contexto en el que las desigualdades socioeconómicas y los desplazamientos provocados por las crisis mundiales, los conflictos y la emergencia climática siguen aumentado el riesgo de que las personas que los padecen sean víctimas de trata.

Asimismo, la congregación denunció que la pandemia de la covid-19 ha modificado las propias características de esta grave vulneración de Derechos Humanos, empujándola a la clandestinidad y aumentando los riesgos de quienes la sufren, tal y como refleja un reciente informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), en el que se alerta de que las tasas de detección de trata han descendido en los últimos años.

"Es importante que este proceso sea personalizado, atendiendo a las circunstancias específicas de cada mujer y apoyada por una intervención multidisciplinar que sea capaz de poner en el centro a la mujer y atender todas sus necesidades", señaló Nuria López, psicóloga de Adoratrices.